jueves, 25 de marzo de 2010

Ramon Lull

Ramón Llull, o Raimundo Lulio, teólogo, filósofo, poeta y alquimista, nació en Palma de Mallorca en 1235 y murió en el norte de África en 1315, a la edad de 80 años.

Su vida y su obra estuvieron condicionadas por la voluntad de extender el cristianismo entre los infieles. Esto le llevó a oponerse a las dostrinas de Averroes, a proponer la enseñanza del árabe y el hebreo en las universidades más importantes y a realizar continuos viajes para convertir a los musulmanes en el norte de África, donde murió, probablemente lapidado. Ramón Llull había recibido una formación cortesana y caballeresca, pero a la edad de treinta años tuvo una primera experiencia mística,
que le impulsó a ir a tierras musulmanas para trabajar por la conversión de sus habitantes al cristianismo. Una segunda visión mística, cuando tenía casi cincuenta años, en la que vio el universo reflejando los atributos divinos, le llevó a dar una orientación mística y especulativa a su pensamiento.

Muchas de sus obras están escritas en catalán, lo cual contribuyó de forma decisiva al desarrollo y al prestigio literario de esta lengua. Así, por ejemplo, Blanquera, que trata del matrimonio y de los estados religiosos, y que contiene una obra maestra de la poesía lírica medieval, El libro del amigo y de la amiga.

La filosofía de R. Llull presenta rasgos muy originales, pero puede enmarcarse en la corriente platónico-agustiniana, que se opone con fuerza a la teoría averroísta de las dos verdades, de fe y de razón. Frente a esa doctrina, Llull mantiene que el ser humano puede conocer y demostrar racionalmente los misterios de la religión cristiana (verdades de fe). A ello dedicó su obra más significativa desde el punto de vista filosófico, titulada Ars Magna, en la que expone un complicado método universal para probar las verdades de la fe con un lenguaje abstracto que prefigura la formalización lógica. En ese sistema lógico-metafísico se establecen unos principios que, combinados con ciertas reglas, harían posible alcanzar todas las verdades asequibles al entendimiento humano.

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